Uno
de los primeros intentos para explicar la aparición de la vida fue lo que hoy
conocemos como teoría de la generación espontánea.
Babilonios,
chinos y griegos observaron que, con frecuencia, de donde no había materia
orgánica de repente aparecía vida: de la carne aparecían moscas; de la tierra
surgían escarabajos; de los cadáveres salían gusanos; etc.
Todo
esto hizo que, incluso, se dieran "recetas" para conseguir la
aparición de la vida. Si quieres conocer alguna de estas "recetas",
haz clic AQUI.
Aunque
ahora algunas de estas ideas nos parezcan torpes, ingénuas o poco científicas,
la verdad es que sobrevivieron hasta el siglo XVII, momento en el que algunos
científicos comenzaron a experimentar y no sólo a observar, demostrando lo
erróneo de estas deducciones.
A
partir del siglo XVII algunos científicos realizaron experimentos que
comenzaron a mostrar que la vida sólo podía surgir a partir de otros seres
vivos.
Curiosidades:
El pensador EMPÉDOCLES pensaba que de la tierra surgían espontáneamente distintas partes del cuerpo (cabezas, patas, alas...). Estas partes vagaban por la tierra hasta que se iban juntando para formar seres. A veces estas partes se unían erróneamente dando lugar a monstruos.
ARISTÓTELES pensaba que "del queso salen gusanos, de los intestinos salen solitarias, del cielo ratones y las anguilas salen de los intestinos de la tierra".
SAN AGUSTÍN pensaba que la animación de la materia inerte era realizada por el "espíritu creador de la vida", dándole, de esta forma, un carácter de voluntad divina. En esta misma línea de pensamiento estaba SANTO TOMÁS.
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