A Khepri se le representaba, en ocasiones, como un hombre con cabeza de
escarabajo. Otras veces, se le identificaba con el escarabajo.
Simbolizaba
el renacimiento en el antiguo Egipto, al asociarlo con el proceso de creación.
Los
egipcios observaban cómo los escarabajos peloteros arrastraban su bola de
excrementos (que asociaban a la propia tierra) y, llena de larvas, al cabo de
28 días nacían nuevos escarabajos, por lo que pensaban que se creaban a sí
mismos.
Este
ciclo lo identificaban con Ra empujando al sol a través del cielo y por ello
pensaban que Khepri era Ra cuando el sol salía al amanecer. Por todos estos
motivos, este dios simbolizaba la resurección.
Con
frecuencia aparece pintado de azul con incrustaciones de lapislázuli, aunque
otras veces se le representa en color negro.
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